En el interior de los dientes podemos encontrar, además de pequeños vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas. Cuando ocurre una infección en su interior por caries o enfermedad periodontal, la estimulación de estas fibras nerviosas provoca dolor de diferentes tipos, la mayoría de las veces muy intenso.
La mejor forma de prevención de caries es la higiene dental diaria. Con ello retiramos la placa bacteriana (pequeña película blanquecina que rodea el diente) y aportamos la suficiente cantidad de flúor a los dientes. Este flúor es el principal elemento que consigue prevenir la caries. Cuando el riesgo de caries es muy alto (personas mayores que se les seca mucho la boca, pacientes irradiados por cáncer, etc), el dentista valorará la utilización de flúor tópico a altas concentraciones.
Lo recomendable es 1 vez al año, siempre que no haya una indicación expresa del dentista para que acuda antes, como por ejemplo, en los casos de alto riesgo de caries o periodontitis, para vigilar estrechamente una lesión en la mucosa o en el hueso maxilar, en niños con un recambio activo de dientes o con muchas lesiones de caries, etc.
Desde que el niño tiene varios dientes debería ir al dentista aunque sea una vez al año. Es importante que los padres de niños pequeños atiendan las recomendaciones de dieta e higiene que su dentista le pueda dar para sus hijos. Por ejemplo, no dejar que los niños pequeños se duerman con un biberón de zumo o batidos, sin haberse cepillado los dientes.
Si la sensibilidad es puntual en un diente, puede ser por caries o por exposición excesiva del cuello del diente. Si la sensibilidad es generalizada, suele ser por algún problema periodontal que debe ser revisado por su dentista.
La mayoría de las ocasiones se debe a una enfermedad periodontal avanzada, con gran pérdida de soporte óseo.
Las manchas externas sueles ser por la ingesta de café, vino, infusiones, algunos alimentos, etc. Las internas y oscuras (normalmente en franjas) suele ser por haber tomado fármacos como las tetraciclinas cuando eran pequeños.
Todo depende del estado de sus encías y de si ha sido diagnosticado de enfermedad periodontal. Si no es así, y el control de placa bacteriana es bueno, una limpieza anual es suficiente. En caso de enfermos periodontales, o pacientes que se les acumula mucho sarro por diferentes motivos, la limpieza se puede hacer cada 6 meses.
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